Paralicé mis entradas en el blog por un cierto hastío. La idea era no reabrirlo. Sin embargo los últimos acontecimientos me impulsan a lanzar a la red mis sentimientos acerca de lo que está sucediendo.
La situación no es nueva. Los que no no hemos caído de un guindo siempre hemos pensado que la "política profesional" ( exceptúo de este cajón los muchos alcaldes y concejales de pueblos y ciudades pequeñas que, quizás, si tengan vocación de servicio; aunque lamentablemente también en este segmento está comenzando a aflorar el "nadar y guardar la ropa" y el "siembra hoy para recoger mañana") era un lugar donde si aprovechabas bien los 2, 3, 4...años que estabas en el frente,el futuro estaba garantizado, y no precisamente colocando ladrillo caravista.
Dado que en este país que nos ha tocado vivir, siempre ha primado la astucia sobre el trabajo, el regate sobre el choque, la filigrana sobre la linea recta, estas actitudes se nos asemejaban "normales".
Ahora bien si toleramos el buscarse la vida, el "sacar partido del cargo", el "aprovechar los contactos", nos repugna sobremanera que nos expolien; y sobre todo que, además, nos lo intenten explicar como si fuéramos idiotas, justificando lo injustificable y aferrándose al sillón como si les fuera la vida en ello.
Se la trae al pairo el movimiento social de repudia existente, los cientos de miles de firmas pidiendo dimisiones, el clamor unánime del pueblo solicitando RESPETO.
Ahora que dimite hasta el Papa....señores ,hagan efectiva la tan manida frase de que no han venido a la política a enriquecerse y lárguense. El pueblo y, sobre todo, las arcas públicas, se lo agradecerán.