Siguiendo con la tradición de alternar post “serios” con vivencias deportivas, comentaros que el pasado Domingo participé en la IV Subida al Tozal de Guara.
Magníficamente organizada por Peña Guara y con todo tipo de detalles al corredor, incluyendo vino, aceite, camiseta, desayuno, comida…. (por un ridículo precio de 15 euros), la carrera se desarrolló sin problemas, buen tiempo y mejor ambiente.
Llevo ya bastantes años en este mundillo de las carreras “populares”, ya sean ciclistas, de montaña, maratones, de esquí de travesía…..y sigo sorprendiéndome todavía de los prolegómenos de las mismas. Como siempre coincidimos los mismos en todo, en la previa de las carreras, cuando te saludas y comentas la jugada, todos estamos lesionados, no hemos podido entrenar, recientemente hemos salido del dique seco, acabamos de pasar la gripe, venimos a probar……
¿Por qué somos tan embusteros? ¿Que tipo de sustancia generamos que nos resulta tan satisfactorio minusvalorarnos previamente? ¿Es un mecanismo de defensa para justificar una posible mala carrera ante los demás?
Lo cierto es que, como ya nadie nos creemos nada, es una terapia que no funciona pero que seguimos practicando asiduamente.
¿Será cosa de acudir al psicólogo?
Yo también estuve allí, chula, chula chulísima la subida al Tozal por allí.
ResponderEliminarSi escuchásemos al cuerpo no nos pegaríamos esas palizas, yo veo que al final tienen razón y que puede más la cabeza que las lesiones,
Saludos,
Por si te pesqué en alguna foto ahí hay poquitas.
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