Es totalmente cierto que estábamos viviendo por encima de nuestras posibilidades, aprovechando, en muchas ocasiones, la mano abierta que nos tendían las instituciones financieras y dejándonos guiar por traicioneros cantos de sirenas.
Era razonable que los bancos modificasen su actitud y entrase a formar parte del juego financiero, lo que se denomina " capacidad de reembolso", que no es otra cosa que la capacidad de hacer frente a los vencimientos de la deuda, extremo que antes se soslayaba con bastante facilidad.
Sin embargo estamos asistiendo en los últimos tiempos, muy especialmente en el sector de la construcción y recientemente en el del transporte, a un linchamiento sin juicio previo de todos los proyectos que dimanan de esos sectores.
Bien está un análisis, todo lo concienzudo que se quiera, de cualquier proyecto susceptible de financiación, pero prejuzgar por el mero hecho de la procedencia de un segmento "problemático", no parece muy profesional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario