El sábado fue la marcha Puertos de la Ribagorza, marcha cicloturista (por decir algo) que recorre los puertos más emblemáticos de la comarca del mismo nombre. Participé en la marcha corta (ya que este año me estoy dedicando menos a la bici y más a correr) y acabé en el puesto 43 ( para los más graciosos había más de 44). Podría haber estado mejor si los últimos 33 Km. no hubiera ido completamente sólo contra el viento.
Buen ambiente, buena organización y excelente cerveza fresquita.
Este año han suprimido los trofeos a los primeros de cada categoría, intentando dar un carácter más cicloturista a la prueba, pero, lo que está claro, es, que cada uno a su nivel, va a saco desde el primer momento. No sé cuál es el motivo que nos impide llamar a las cosas por su nombre. La Quebrantahuesos, la Puertos de la Ribagorza, La Larrau-Larrau, la Puertos de Asturias y tantas otras carreras “cicloturistas” que se celebran en la geografía española, son auténticas pruebas ciclodeportivas, dónde cada cual tiene su reto (unos ganar…otros superar al compañero…otros ganar tiempo al año anterior) y desconozco la razón del porqué no se pueden dar trofeos a los que mejor quedan. Todas las pruebas tienen su público y en pruebas masivas que yo conozca, salvo la Bilbao-Bilbao que es una auténtica cicloturista, en las demás la gente pasa del paisaje, del componente romántico del ciclismo y va a todo lo que da “su” máquina. Además es precisamente ese ambiente competitivo el que atrae a gran parte de los participantes.