jueves, 5 de mayo de 2011

¿ Cuándo será olímpico despotricar?


Tenemos el “asesinato” de Bin Laden, tenemos Bildu, tenemos, incluso, el gol anulado al Real Madrid. Ah! y no nos olvidemos de la boda del principe Guillermo y Kate. Perfecto.

Tenemos la EPA que nos indica que “casi” hemos llegado a los 5.000.000 millones de desempleados.

Tenemos la lucecita interior que nos indica que esas cifras de “paro” deben de ser irreales ya que, de lo contrario, estaríamos poco menos que una situación de guerra civil.

Tenemos una creciente, en eso si que parecemos europeos, ola de xenofobia que nos lleva a rechazar a los inmigrantes que, hasta ahora, nos han hecho el trabajo sucio.( y por lo que vengo observando lo siguen haciendo).

Tenemos, o más bien tendemos a requerir y demandar cada vez más ayudas gubernamentales, estatales, autonómicas, comarcales o locales que nos inciten a levantar nuestras posaderas y, si la ayuda lo merece, poner en movimiento nuestras articulaciones para hacer algo de provecho.

Formo parte del grupo, todavía minoritario, que opina que hay dos tipos de colectivos o personas:

-         Los que dedican su tiempo solamente a quejarse. Todo es malo, la coyuntura es sumamente adversa, nos vamos al carajo, los políticos son una banda ( esto, más que una opinión, es una definición) y es bastante probable que exista una conspiración contra mí. Ahora bien, si yo pudiera………esto iba a ir como la seda.

-         Los que evidentemente se quejan también (deporte nacional por excelencia, seguido del balompié) pero miran su ombligo y llegan a la conclusión de que, con toda probabilidad, regodearse en la miseria solo conlleva más penuria y que, quizás, parte del problema de sus empresas, sus vidas y sus carencias está en ellos mismos y hay que ADAPTARSE a los nuevos requerimientos, flexibilizando, profesionalizando y, en definitiva abriendo ojos y oidos a la nueva época que nos toca vivir.

Los tiempos son díficiles, pero la desesperanza, el pesimismo y la tristeza de
espiritu no van a solucionar nada. Quizás el afrontar la situación y
tratar de tirar para adelante, tampoco resuelva el problema, pero seguro que
seremos más dichosos.

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